Las diferencias entre abogado y procurador son sustanciales. Uno y otro son trabajadores del derecho, pero cada uno desempeña una tarea diferente. El abogado es el profesional dedicado a la defensa de personas en un juicio, entre otros servicios. Por su parte, el procurador se encarga de toda la documentación del juicio y de informar a las partes. Es decir, este último mantiene la comunicación entre el juzgado y los abogados.
Los abogados no solo trabajan en juicios. Es uno de los profesionales con más funciones y con mayor presencia en todas las empresas como asesor o consejero. Si te interesa este aspecto del derecho, el Máster en Abogacía en Madrid de la Universidad Europea, así como su opción en Valencia y su modalidad online, te formarán para que puedas dar respuesta a los retos laborales de este sector.
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Aunque comparten características comunes, los abogados y los procuradores son figuras claramente diferenciadas en la mayoría de los sistemas legales. Las diferencias son más marcadas en países de tradición legal romano-germánica, como España. Las principales diferencias y similitudes de estas profesiones se encuentran en áreas como las siguientes:
Para ejercer como abogado en España se requiere un Grado en Derecho. Este título se complementa con un máster y un examen de acceso a la abogacía.
Para ejercer como procurador en España también se requiere un Grado en Derecho. En este caso, los graduados deben realizar una formación posterior especializada en el ejercicio de la procuraduría.
Un abogado actúa en representación de sus clientes en procedimientos judiciales y extrajudiciales. Está capacitado para brindar asesoramiento legal en una amplia gama de asuntos legales.
El desempeño de un procurador está más limitado. Sus actuaciones se circunscriben a la representación formal en los procedimientos judiciales y a tareas relacionadas con la tramitación de estos.
Las funciones que hace un abogado y las que hace un procurador varían según el sistema legal de cada país. Pero estas profesiones tienen sus mayores diferencias en el marco de sus competencias y responsabilidades.
Sus funciones no se pueden intercambiar, ya que son profesiones incompatibles entre sí. Es distinto de lo que sucede en otras profesiones del derecho. Por ejemplo, la diferencia entre abogado y letrado es fundamentalmente un matiz lingüístico. Sin embargo, en el caso de los abogados y los procuradores, sus funciones están claramente diferenciadas.
Como representante, un abogado prepara argumentos y documentos legales, comparece ante los tribunales y negocia en nombre de sus clientes. Además de ser representante legal, también actúa como asesor frente a organismos públicos y entidades. Puede asesorar a su cliente sobre contratos, reclamaciones, conflictos, testamentos o capitulaciones matrimoniales.
Como especialista en procedimiento judicial o derecho procesal, el procurador representa a su cliente ante el juzgado. Es el intermediario entre juzgado, abogado y cliente. Su responsabilidad radica en informar y firmar trámites, citaciones y notificaciones. Así que tiene unas funciones más limitadas que el abogado. Además, también puede publicar edictos y anuncios oficiales en boletines, periódicos, etc.
La presencia de un procurador es obligatoria en todos los procedimientos de la jurisdicción civil, menos en los siguientes supuestos:
En resumen, las diferencias entre abogado y procurador consisten en que uno representa y el otro asesora y defiende. Además, el papel de un abogado abarca una gama más amplia de responsabilidades legales que el de un procurador. Estos últimos suelen moverse en una demarcación judicial muy específica.
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