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Educación
14 mar 2024

Qué es la autonomía infantil y cómo fomentarla en la infancia temprana

Editado el 14 Mar. 2024
autonomia-infantil

La autonomía infantil es la capacidad de los niños para realizar actividades por sí mismos, tomar decisiones y ser responsables de sus acciones. Según la ley educativa vigente, la LOMLOE 2020, este objetivo es fundamental en la Educación Infantil, ya que es durante esta etapa cuando se busca que los niños adquieran mayor independencia en sus actividades diarias.

Esta ley también resalta la importancia de desarrollar competencias clave que abarquen aspectos como la comunicación, el plurilingüismo, la expresión cultural, el emprendimiento, las disciplinas CTIM y el uso de herramientas digitales, entre otros. Y es que estas contribuyen a la la formación personal, emocional, intelectual, social y afectiva de los niños

Si quieres aprender más sobre cómo promover la autonomía infantil, puedes explorar el Máster Oficial en Atención Temprana de la Universidad Europea. Este programa te proporcionará conocimientos especializados para conocer, identificar y/o intervenir trastornos del desarrollo de manera adecuada, facilitando el desarrollo de habilidades básicas en los niños. Todo ello respaldado por la ciencia y la neurociencia.

No obstante, a continuación, te explicaremos por qué es importante desarrollar la autonomía infantil y te daremos algunos ejemplos de metodologías para fomentarla en el aula.

Por qué es importante desarrollar la autonomía infantil

La autonomía es una habilidad estrechamente vinculada a la seguridad en uno mismo y a la resiliencia. Los niños con un grado de autonomía adecuado a su edad adquieren confianza para explorar su entorno, enfrentarse a nuevos desafíos y desarrollar nuevas habilidades como las siguientes:

Automotivación

La confianza en las propias habilidades anima a explorar nuevos intereses sin miedo al fracaso. Las felicitaciones y recompensas por las tareas bien hechas y las decisiones correctas refuerzan la autonomía infantil y la motivación. De esta forma, los niños también trabajan su creatividad e iniciativa y aprenden a actuar ante nuevas oportunidades e ideas, lo que contribuye a reforzar su capacidad de emprendimiento.

Resolución de problemas

Con una metodología que facilite su autonomía, los alumnos aprenden a evaluar las opciones disponibles y a pensar de forma crítica y creativa para encontrar soluciones. Esta es una habilidad transversal con un impacto directo en los resultados escolares.

Resiliencia

Las experiencias autónomas enseñan a adaptarse a situaciones de cambio, enfrentarse a los retos y gestionar la frustración. En los alumnos resilientes hay menos riesgo de fracaso escolar debido a la baja autoestima.

Responsabilidad

Los alumnos autónomos aprenden a identificar y asumir los resultados de sus acciones. El reconocimiento, los objetivos claros y las actividades de reflexión ofrecen pautas para que el alumnado pueda explorar sus límites por sí mismo.

Regulación emocional

La autonomía infantil favorece la capacidad para identificar las emociones y explorarlas de forma segura en una etapa del crecimiento en la que no siempre resulta fácil controlarlas. Es decir, en este periodo, los niños pueden tender a expresarse de forma poco ordenada e intensa. Esta habilidad favorece las competencias sociales, la capacidad de resolución de conflictos y, a su vez, mejora la tolerancia a la frustración gracias a la gestión de las emociones.

4 metodologías para desarrollar la autonomía infantil en el aula

Desde la Escuela Montessori hasta la Escuela Nueva, existen numerosos planteamientos pedagógicos centrados en desarrollar la autonomía infantil. Muchos de estos enfoques se han trasladado a la enseñanza más tradicional. Hoy, los docentes tienen múltiples herramientas y metodologías para promover esta habilidad en el alumnado. Las cuatro que se describen a continuación están entre las más extendidas y eficaces:

Aprendizaje basado en proyectos

El aprendizaje basado en proyectos permite que los alumnos exploren problemas del mundo real para encontrar respuestas o resolver retos. Implica altos niveles de cooperación, implicación y autonomía. Son los propios alumnos quienes eligen el tema que se va a desarrollar y cómo trabajarlo y presentarlo.

Aprendizaje basado en juegos

Las dinámicas del juego promueven la motivación, la participación y las interacciones sociales. Desarrollan habilidades de razonamiento y autonomía en un entorno de diversión que favorece la convivencia en el aula.

Aprendizaje reflexivo

Esta metodología activa se basa en el planteamiento de preguntas o escenarios que los alumnos deben resolver de forma autónoma. El docente desempeña el rol de facilitador e interviene en mayor o menor medida dependiendo de la edad de los alumnos.

Instrucción diferenciada

Este enfoque reconoce la diversidad de las necesidades educativas y estilos de aprendizaje en el aula. Ofrece a los alumnos opciones de actividades con distintos niveles de complejidad y les permite tomar decisiones sobre sus objetivos y rutas de instrucción.

Como hemos visto, la autonomía infantil contribuye al desarrollo integral de los alumnos. Cuando se favorece en el aula, estimula la curiosidad y la independencia del alumnado y contribuye a su crecimiento emocional. Si te interesa conocer más sobre qué es la atención temprana en educación y quieres desarrollar tu carrera en este ámbito, echa un vistazo a los masters online en Educación de la Universidad Europea. En ellos encontrarás planes de estudios actualizados con las últimas innovaciones pedagógicas y metodologías para ayudar a tus alumnos a alcanzar sus objetivos formativos.